NAVAFRÍA

 Darla escribe un bonito texto sobre una escursión familiar a Navafría

Hace no mucho, en Agosto, nos fuimos a Navafría. Tardamos unas tres horas. También fueron mis tíos/as, mis primos/as y mi primo bebé, que es muy mono. Cuando llegamos eran las 10:30. Teníamos pensado llegar a las 9, pero nos perdimos por culpa del G.P.S. y nos tocó preguntar a la gente que vivía por allí. Y por fín llegamos, nos dijeron que había una cascada, piscinas naturales, un parque. También había unas piedras para hacer parrilladas y un río con agua transparente. ¡Era hermoso! 
Mi madre me había dicho que, el año pasado, una familia recogió un montón de moras. Mi madre también encontró moras y eran comestibles. Nos comimos muchas, estaban riquísimas. Nos comimos muchas, estaban riquísimas. 

Cuando eran las 14:00 nos metimos en la piscina natural, pero yo no estuve ni un minuto ¡estaba helada! Pero luego ya me acoistumbré. Luego se metió mi padre. Yo le dije que se metiera poco as poco por la parte honda porque se podía resbalar, pero no me hizo caso y se resbaló. ¡Me dio mucha risa! Luego fue mi tía la que se tiró al agua. Mi otra tía también se tiró; bueno, más bien le empujamos, ¡pobrecita!. Luego fue mi madre la que se tiró y empezó a bucear, luego mi primo mayor, pero no fue valiente. Luego se metió mi prima, pero como estaba enfadada no estuvo ni cinco minutos en el agua. Mi primo bebé se despertó y empezó a jugar con el agua, vio a mi tía tirarse y empezó a llorar. Dijo mi tía que lloró porque pensaba que, al tirarse, mi tía se había hecho mucho daño. Comimos muy bien, esperamos un tiempo y ¡otra vez al agua!
                                                                       Darla