Erase una vez una selva muy lejana en la que vivían un grupo de tigres. El tigre Rafael era el más fuerte del grupo y su hermano Carlos era el tigre más inteligente. Los dos tenían el poder en el grupo. Todas las mañanas los dos tigres despertaban a las dos tigresas y a los dos tigres jóvenes:
- ¡Levantad! pedazo de vagos- gritaban a las tigresas y a los tigres jóvenes.
Las dos tigresas eran Blanca y Clara y los dos tigres jóvenes se llamaban Juanito y Jorgito.
- ¡Blanca y Clara, id a buscar comida!..¡y vosotros vigilad!- les decían a los jóvenes.
Los tigres mayores se pasaban el día haciendo el vago y la comida que traían las tigresas se la comían casi toda ellos.
En la otra punta de la selva había una manada de leones. En ella estaban Santiago, Naleta, Blanqui y Lucas.
Santiago hacía el vago, al igual que Rafael y Carlos.
Un día llegaron a la selva unos cazadores para capturar animales para el zoo y se llevaron a Blanca, Clara, Juanito, Jorgito, Naleta, Blanqui y a Lucas.
Entonces en la selva quedaron dos manadas de pumas, tres de linces, cinco de cebras, siete de elefantes y Santiago, Rafael y Carlos pero no podían cazar solos porque pesaban demasiado y no eran ágiles y cuando vigilaban se quedaban dormidos porque no estaban acostumbrados.
Al día siguiente decidieron ir a rescatar a sus familias.
Por la noche se colaron en el zoo rompiendo las cerraduras de las jaulas y las rejas. También sacaron de sus jaulas a los demás animales.
MORALEJA:
Si haces el vago y dejas que otros hagan todo el trabajo,
cuando los demás no estén no podrás hacer nada.
Autora: Lucía